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En las round tables -encuentros con hoteles nuevos y actividades de lujo diferentes-  ILTM Asia Pacific en Singapur conocí al director de Alba Wellness Resort que acababa de abrir cerca de Hué, en Vietnam. Como soy una amante de todo lo relacionado con el bienestar, y los spas, me interesé muchísimo por este nuevo hotel. De hecho me llamó muchísimo la atención que el resort tuviese un onsen, un clásico en Japón, los onsen son baños geotermales, es decir, naturales y donde hay zona de baño y zona de relax. A mi me encantan.
Pues tal fue mi curiosidad, que decidí visitar el Alba Wellness Resort y regresar a Vietnam que es un país que me apasiona por su tradición todavía casi intacta.

Para llegar al resort idealmente recomiendo el aeropuerto de Hué (a algo menos de una hora de Alba Wellness Resort) pero yo no tenía vuelos directos hasta allí por lo que elegí volar hasta Danang -a unas tres horas en coche- con Bangkok Airways desde Bangkok. Además esta aerolínea boutique me encanta y siempre he tenido muy buena experiencia volando con ellos, puntualidad y servicio.

Mi experiencia empezó con un #pickupinstyle en el aeropuerto de Danang. El marco perfecto para una foto con mis maletas Delsey.

La parte nueva, literalmente Alba Wellness es sencillamente fabulosa, el lugar perfecto para descansar y relajarse.
La llegada al resort que está apartado “del mundanal ruido” es magnífica: durante el check in en mi propio bungalow, te regalan un ritual de pies y un pequeño masaje craneal y de cervicales. Por favor, ¡más bienvenidas así!

El resort está rodeado de bosques tropicales, lagos, jardines y caminos de bambú bucólicos, Alba Wellness Resort cuenta con 50 habitaciones y bungalows divididos en dos áreas separadas: Alba Inn (30 habitaciones y suites) y el Alba Village (20 bungalows).
Mi bungalow, el 407 es fantástico. Alba Village evoca la belleza rústica, casas de madera y bambú con techos típicos vietnamitas, cercas de bambú y unos bonitos jardines con huerto.

Todas las habitaciones y suites están elegantemente decoradas con artesanía tradicional vietnamita y están completamente equipadas para la comodidad y relajación. Realmente fabuloso.

La piscina central en la zona de los Alba Village es maravillosa, dispone incluso de jacuzzi.

Pasear entre los caminos repletos de altísimos bambús en forma de pared

o por los jardines zen japoneses fue parte de mi rutina diaria. De hecho, la tranquilidad fue la protagonista de mi estancia

La comida es deliciosa y tiene muy en cuenta tanto los productos locales (especialmente de la propia granja del resort, Alba Farm), como que sean saludables.

Podemos elegir entre diferentes restaurantes, el principal es Madame Chau, una construcción de madera elevada con vistas 360 grados preciosa. El nombre le viene por dar un pequeño homenaje a la madre de uno de los propietarios.

El desayuno también tiene lugar en Madame Chau. Los panes y pastas son hechos todos en casa, deliciosos.

Pero no sólo paseé, sino que hice mil cosas, el resort está orientado al bienestar, y al deporte. Os enumero todo lo que hice:
Spa: el bonito spa está dividido en 11 salas de tratamientos, y una zona de tratamiento de pies.
El spa invita a revitalizar la mente, cuerpo y espíritu en un oasis de calma. Construido con materiales de orígen natural, en su mayoría que se encuentran en la zona, proporcionando una sensación de calidez y simplicidad elegante. Tienes vistas a los jardines y el sonido constante del agua acompaña nuestro relax.

Yo me hice diferentes tratamientos: Warm Bamboo Treatment que es un masaje con bambú que ayuda a estimular el sistema linfático y desintoxica el cuerpo. Un Prana Vital Energy: un tratamiento energizante para el cuerpo, con exfoliación incluida, cuyos beneficios recargan de energía y ayuda a liberar de la fatiga (ideal para mi jetlag). Masaje de cervicales y espalda, seguido de un balance de chakras para sacar todas las malas energías que residen en mi cuerpo.

Finalmente, el día que hice el trekking de tres horas y la excursión en bicicleta; después de cenar, me regalé un masaje de pies, pero no fue sólo un masaje, fue lo que llaman Foot Mapping que empieza con un ritual de hierbas, reflexología para estimular todo el cuerpo, envoltura y masaje. Sencillamente el mejor masaje de pies de mi vida

Onsen: El resort se encuentra a los pies de las montañas de Truong Son, por lo que es el escenario ideal para la escapada de bienestar que todos soñamos.

Las aguas minerales termales descubiertas hace cien años, y que fluyen por la propiedad, son las que bañan todo el onsen interior y las aguas exteriores.

Las aguas tienen muchísimas propiedades para activar cada célula de nuestro cuerpo.

Diferentes temperaturas

Sencillamente es ideal disfrutar de este tipo de aguas, lo que se siente a diferentes temperaturas y también a diferentes horas del día.
De hecho mi día empezaba siempre con yoga por las mañanas. Durante todo el día se ofrecen diferentes actividades para los huéspedes, y yo no me perdí nunca el yoga.

Para los más valientes (entre los cuales me incluyo):
Tirolina: para sentir la adrenalina a tope, os recomiendo probar la tirolina del resort, de 400 metros, la más larga de Vietnam. Sí, lo hice y no tengo nada de valiente, pero a veces hace falta probar cosas (para después escribirlas y describirlas)

– Circuito suspendido: hay varios niveles, yo hice el fácil, al principio da un poco de respeto, pero después realicé todo el circuito con cierta agilidad.

Hiking: una caminata sin mucha dificultad de tres horas. El tema fue que lo hice con una temperatura de 36 grados y bajo el sol brillando con toda su fuerza.

Por ese motivo, me llevé puntos extras en mi examen de aventurera por Vietnam. Fuí acompañada de un guía y de mi mayordomo

Biking: «paseo» en bicicleta de media horita de ida, y media horita de regreso por un camino plano y pasando por pueblecitos. Niños saludando, vacas y arrozales. El premio bañarse en un río para refrescarse un poco.

Alba Farm: Visitar de donde salen la mayoría de verduras que comeremos y poder entablar conversación y aprender con los granjeros

– Visitar la granja de animales, básicamente cerdos, ciervos, gallinas, palomas y seguro que no los ví todos.

– Pasear por el bosque de limoneros y eucaliptos donde el olor impregnó mi paseo.

– Visitar Alba Craft Village: el lugar donde fabrican manualmente algunas artesanías que podemos comprar.

– Comprar algún recuerdo de altísima calidad en la tienda del resort que vende exclusivamente la marca Hanoia, alta calidad, lacados, sedas, todo espectacular.

Visitar Hué: tan sólo a una media horita del resort, vale muchísimo la pena pasar un día descubriendo la ciudad imperial y sus tiendas.
En este link podéis leer mi artículo sobre qué hacer y ver en Hué.
Y en este link podéis ver mis fotos de Hué

Todos los empleados, absolutamente todos, fueron encantadores conmigo, y en el momento de marchar me hicieron la sorpresa de regalarme mi fruta preferida (mangos) y un ramo de flores precioso